Seguí subiendo desesperado, tratando de olvidarme de esa obsesión, buscando algún espacio inmune a la plaga. Llegué a la cima. La distancia entre plástico y plástico fue aumentando paulatinamente, pero no conseguí librarme. Arriba me esperaba Mercadona, Fontvella y hasta ¿un bastoncillo para los oídos...?.
Angustiado cogí el coche de regreso a casa. Cauces de ríos, campos de cultivo, pueblos...da igual, juro que cada no mas de diez segundos aparecían al otro lado de la ventanilla, entre los terrones de las huertas, enredadas en las ramas de los arboles o amontonadas en las cunetas, bolsas de plástico o restos de ellas. Acabarán sepultándonos. Pero como no eso no va a pasar mañana... Esta misma tarde seguiré viendo a la gente pedir su bolsita en el Hipercor para llevarse una caja de preservativos (¿seguimos con el plástico...? noooooo.....)
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2 comentarios:
Estoy pensando que estamos mal hechos. Con lo que tarda en desintegrarse... cuánto duraríamos si fuésemos de plástico. Algun@s lo son, pero es de forma inconsciente.
El plástico y la electricidad...
(nos rodean)
El plástico es el autentico superviviente del siglo XX, para que la naturaleza lo absorba puede pasar mucho mucho tiempo
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