jueves, 15 de enero de 2015

SIMPLIFICANDO.


Es fácil casi obvio. Muy, muy sencillo (como todo lo trascendental).
Pero hasta hace un tiempo no caí en la cuenta de que es siempre lo más simple lo que más nos ayuda en nuestra eterna busqueda de la felicidad.
De ahí la fábula del "hombre sin camisa" (aquel rey enfermo que para sanarse debía vestirse con la camisa de un hombre feliz, y toda su corte se pasa años buscando a alguién feliz. Cuando finalmente lo encuentran, es un labrador pobre y humilde que no tiene ni camisa).
Llevo años aplicandolo, cuando me acuerdo, y funciona siempre. Siempre.
Claro, es evidente: lo contrario a simplificar es complicar.
Nos complicamos mucho la vida, solo por no ser capaces de elegir siempre la posibilidad más sencilla. Estamos casi enfermos por el "ansia de la complicación".
Cuando podamos elegir (y hay que hacer hincapie en esto, ya que no siempre se puede elegir) hay que decantarse por la opción que represente la mayor sencillez dentro de las distintas posibilidades.
¿Videoconferencia bilingüe y  multidisciplinar para tratar temas diferentes con  personas distintas o un café de puesta en común?... ¡Un cafelito!
¿Una única amante o tres líos paralelos? ..................................... ¡Una única amante!
¿Amante si o amante no? .......................................................... ¡Amante no, of course!
¿Casa con jardín y piscina o sin ello? .......................................... ¡Pisito de 70 mts!
¿Reloj multi función, con lector cardio y calculadora cósmica? ........¡El Casio de toda la vida!
¿Móvil 4-G o móvil ladrillo? ........................................................ ¡Móvil ladrillo!
¿Móvil o no móvil? ...................................................................... ¡Sin móvil, of corse!
¿MP4  con tropecientas jigas o transistor a pilas? .......................... ¡Transistor!

¿Menú degustación o plato único? .................................................. ¡ Plato único!
¿Coche o bicicleta? .......................................................................... ¡Bicicleta!
Ya, ya se. Aquí es cuando me cuentas: "Pues prueba a ir todos los días a trabajar desde Burgos a Aranda en bici". Por eso decía antes, que esta regla funciona cuando se puede elegir. Ir a diario de Burgos a Aranda en bicicleta no es un opción.
Por ejemplo: si necesitamos un ordenador con unas buenas prestaciones y capacidades no vamos a prescindir de elegir el más completo, ahora bien, si solo lo queremos para ver el facebook y cuatro cositas más, ¿para que liarnos y elegir una tablet ultra mega sicodelica de la que no vamos a utilizar ni el 4% de sus recursos? Nos vamos a liar, nos vamos a estresar, nos vamos a frustar y por tanto vamos a perder una pequeña parcela de nuestro equilibrio interno.
Por eso ante la duda, hay que tratar de ver siempre que es lo que nos complica menos, que a la larga es siempre lo que es más sencillo (más sencillo a todos los niveles: físico, intelectual, técnico, emocional, como inversión de tiempo...)
Vi hace poco en Facebook que cuando no sepas decantarte entre dos opciones lo mejor es jugáselo a cara o cruz, porque te quita el dilema, pero sobre todo porque cuando la moneda está en el aire, en ese instante, en el fondo, tú ya sabes qué prefieres que salga.
Pues eso: cuanto más simple, mejor.Y en ello estamos. Intentándolo.

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