domingo, 16 de febrero de 2014

¡LARGA VIDA AL ROCK AND ROLL!

¡Será por lugares donde alternar!. Últimamente para poder contentar a todos mis amigos y conocidos que tienen negocios basados en el "bebercio", debería primero ser millonario, y luego tener el higado de acero.
A saber hay tabernas, bares, pubs, cafeterías, tascas... y luego, en otra dimensión, a años luz, está la Pécora.
¿Que qué tiene...?: no lo se. Ni idea.
Será ese techo y ese suelo combados, será el innegable toque personal que le dio desde siempre la Nines (antes reflejado en las plantas, y que  ahora se aprecia principalmente en la zona de la cafetera y en los baños impolutos), será la madera repartida en bancos, suelo, mesas, ventanas y taburetes, serán esos bafles prehistóricos tamaño camión, será la piedra, la música... No lo sé.
Nines, Juantxu, Carlos, Lanas, Pepe, Fran, Zaca... todos ellos han ayudado y ayudan a crear este espacio único en un local que ya en sí mismo tiene enjundia.
Hoy, en el 2.014,todo sucede a velocidades vertiginosas, las modas son fugaces y hacen que lo que ayer era un punto de encuentro obligado se convierta de golpe y porrazo sin motivo aparente en un moribundo antro para trasnochados. Pero esto no le afecta a la Pécora. Ella está al margen de estas banalidades y sigue ahí como referente inmutable. El refugio donde poder tomarse una cerveza con la total seguridad de escuchar buen Rock and Roll y sentirse como en casa. Algo que, sin entrar en entrañables recuerdos subjetivos (Vicky y el menda siendo solo unos polluelos yendo a tomar el vermú los domingos por la mañana. Las horas en silencio con Pablo, sentados arriba, cerveza tras cerveza, sin hablar, solo escuchando música. Los días de cumpleaños: Santi, Casta, Pablo y yo con corbata y americana y tajándonos a base de bien. La cantidad de chicas guapas -y no tan guapas, cuando la hora avanzaba- que conocer. Las noches repletas de secretos, de ilusiones, de  confidencias, de planes...), digo que algo que -sin apelar a la nostalgia- llevo experimentando desde los 17 (y estoy ya a pique de cumplir los 43).
A veces, pienso que la Pécora tiene algo de esa magia propia de aquellos templos que, sean de la religión o de la época que sean, te hacen sentir a gusto en cuanto cruzas sus puertas.
Puedo intentar definirlo de mil maneras, pero juraría que con tres palabras basta.
La Pécora es: carácter, esencia y energía.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece mentira que nadie haya hecho un comentario a esta entrada tan cojonuda.
Por otro lado me hace pensar un poco en los años que nos han caido ya. Aún recuerdo una de mis primeras Coca Colas allí...

¡Viva la Pécora!

Anónimo dijo...

grande y mítico a partes iguales. Sin duda uno de los mejores lugares en Burgos donde poder disfrutar de buena música y buenas birras.
Larga vida a la Pecora.

Alberto dijo...

Grande entrada Rodrigo. Me dan ganas de visitarla. Te lo he dicho más veces:escribes de pura madre

Anónimo dijo...

Preciosa entrada Sigue teniendo ese angel que hace que no te puedas tomar una cerveza rapida y aunque como bien dices la oferta del bebercio es grande cada vez que voy solo pienso .. Aqui se sigue estando de puta padre tengo que venir mas..