miércoles, 8 de enero de 2014

DE LA AGENDA DEL 13 A LA DEL 14.

El 31 de diciembre no hago ni la auditoria anual ni la lista de propósitos. Creo que todos los días (y no solo el 01 de enero) empieza un año nuevo y también todos y cada uno termina el año anterior. Ayer fue el primer día de otros futuros 365 y hoy lo vuelve a ser, y mañana si Dios quiere lo será de nuevo. Pero lo que si que hago a primeros de año es revisar una a una las páginas de la agenda recién caducada y pasar a la nueva las fechas de cumpleaños, aniversarios y datos que necesito o considero importantes. Para mi, quizás por no tener teléfono móvil, la agenda diaría (dietario lo llaman algunos) me resulta imprescindible. Sin ella estoy vendido. La ojeo todas las mañanas al llegar a la oficina, después de encender el ordenador. El caso es que todos los años a primeros de Enero, cojo las dos agendas, la saliente y la entrante y copio de una a otra, con rotulador rojo: "Cumple Angel", "Aniversario Jorge-Clara", "Cumple Amaya"... Ayer cuando lo hacia, me di cuenta de que a veces apuntaba en sus páginas cumpleaños por inercia. Esas personas y sus fechas de cumpleaños no me importaban un carajo (quizás sí lo hicieron en su día, pero desde luego no a día de hoy) y sin embargo no tenia el coraje de obviarlas. Algunas de esas anotaciones han pasado de agenda a agenda durante casi veinte años, y tal vez haga más de quince que no me importan ni un comino, pero por costumbre sigo apuntándolas año tras año como si se tratase de un ritual para invocar la buena suerte. Y no me gusta. Sencillamente no me gusta. Así que en la agenda de este año (regalo como siempre de Tomás Bodero S.A.)se han caído unos cuantos nombres, otros (Marisa de Aranda por ejemplo) los he dejado por algo así como "cariño añejo". Por el contrario, hay nuevas anotaciones, nombres que a pesar de haber entrado en mi vida recientemente son, hoy por hoy, importantes para mi. Y ahí sí; ahí no pude evitar hacer balance y recordar cuanta gente maravillosa ha entrado a formar parte de mi circulo de relaciones en este año pasado (algunos hay también, por supuesto, que se han ido). Estén o no ya, se vayan a quedar mucho o poco como satélites de mi vida, no deja de ser curioso el cariño y la confianza que tengo con algunos recién llegados y lo difícil que me lo ponen sin embargo algunos de los más veteranos. Cómo diría el "Gran Maestro" (Julito): "...unos que vienen, otros que se van... la Vida sigue igual..."

2 comentarios:

eva dijo...

Creo q con esto q acabo de leer me va ayudar a borrar a una persona q lleva en mi agenda 25 años .gracias RODRIGO (espero estar en tu agenda )jajajajj

el madriles dijo...

Pues tiene Ud toda razón. A veces nos sucede en ese trasiego, el arrastrar nombres y direcciones, que imperiosamente nos trasladan a analizar a esas personas, dándoles un mayor o menor respeto o importancia; pero creo que es algo lógico, porque si tenemos un muermo como conocido, e incluso a alguien que casi nos cuesta recordar o nos produce un mal fario, QUE NOS VA A FASTIDIAR más que a ALEGRAR, cada vez, que nos tropecemos con él... pues no creo que sea digno de mantenerse ahí, digo, pienso yo.