¿Quién no ha pensado alguna vez en el día de su muerte?...: cuando y cómo será. No nos gusta. Somos reacios a hablar de la muerte en general y mucho menos de la propia. Pero la única certeza universal es que tarde o temprano, queramos o no, nos tocará "cambiar de decorado".
Espero muchas cosas para el día que me muera:
Espero que me incineren un cuerpo muy, muy viejo, pero sobre todo muy, muy, pero que muy "usado". Espero morir con total aceptación, asumiendo que es ese el momento justo, la fecha apropiada. Espero estar preparado. A la altura de las circunstancias. Morirme dignamente, sin montar el numerito, restando dramatismo a un hecho tan cotidiano y tan irrevocable. Espero morir en paz conmigo mismo y con el mundo. Espero poder "gestionar el hecho" como un nuevo amanecer y no como una extinción eterna y total. Espero de corazón morirme con la sensación del "deber cumplido", sin dejarme muchas cosas por decir o hacer ni muchos deseos por cumplir.
Espero dejar un mundo mejor (no porque yo haya ayudado a ello con mis actos, que también) si no porque la "cosa" haya ido progresando y mejorando de manera espontánea de hoy a tan "fatídica" fecha.
Sé que esto es tremendamente ególatra y muy pretencioso, pero puestos a esperar, también espero que después de morir, mi recuerdo provoque más sonrisas evocadoras que lágrimas .
PD: ¡Ah!, y que prisa no hay, ¡¿eh?! Que ir, ya sabemos que hay que ir, pero ir pá na (o antes de tiempo) es tontería.
3 comentarios:
Pues yo quiero morirme cuando ya no tenga una vida digna..
Koky
Koky
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