miércoles, 25 de abril de 2012
MARATON MADRID 2.012 (UNA CURA DE HUMILDAD).
Siempre se reciben avisos en la vida, otra cosa es estar alerta y saber interpretarlos... Yo no hice caso a ninguno (y tuve unos cuantos). El día antes de la maratón, en la feria del corredor, un experto en medicina deportiva dijo en su conferencia que los requisitos mínimos para correr una maratón son cinco: -entrenar al menos 4 meses antes de la prueba , -rodar unos 80 kms semanales saliendo cuatro o cinco días por semana, -hacer series un día a la semana, -potenciar las piernas y las abdominales con trabajo de gimnasio y -haber hecho una tirada prevía a la maratón (para probarse) de mínimo 28 kms.
Cuando terminó la charla, Casta y yo nos miramos y no sabíamos si reir, llorar o volvernos directamente a Burgos. Llevamos corriendo casi 10 años, pero salimos solamente tres veces por semana y no llegamos a hacer 40 kms semanales ni locos. De lo de las series y el gimnasio mejor ni hablar (no he pisado un gimnasio en mi vida y series sólo conozco las de la TV). La "tirada" más larga que me habré metido este año, tendría cómo mucho 20 kms. Otros años corro alguna que otra media (21 kms) pero este año ni eso. Así que salimos de allí acojonaditos. Después nos tiramos cuatro horas pateando por Madrid dando vueltas tratando de encontrar un bar donde ver el Barca-Madrid y noté un par de pinchazos en la rodilla que me hicieron plantearme si podría o no salir a correr al día siguiente. La cena (aunque pedimos pasta) tenía mucha albahaca y nos dio la nochecita. Así que cuando el domingo a las nueve de la mañana empecé a correr mi segunda maratón no daba un duro por mí. Pero el caso es que la carrera fue preciosa, la gente animaba tanto que era cómo si te llevasen en volandas, yo me encontré muy bien y terminé los 42 kms con 195 mts en tres horas y veintidós minutos, sin sufrir demasiado, sin despeinarme (con mi cabecita rapada) y sin casi sudar. Tenía tal subidón que todavía volví trotando al hotel. Me sentía el puto rey del mundo. A la una y pico ya estaba duchado y en pleno ataque de euforia con toda mi chulería le digo a Casta: "Tenía que ir ahora donde el chavalito ese de ayer y decirle que le parece lo máquina que soy, que cumpliendo un sólo requisito de los cinco mínimos he terminado la maratón y encima estoy como un señor..."
¡¡¡Menos mal que sólo lo dije y no lo hice!!!.
En cuanto voy al baño, veo que la orina sale muy oscura, ¡pero mucho!. Lo achaco al posible esfuerzo y ni lo comento. Enseguida tengo ganas de volver a orinar y ya es casi todo sangre. Se lo comento a Casta y le digo que seguramente sea una infección de orina o algo así. No le doy importancia y nos vamos a comer. En el restaurante tengo que ir al baño al menos cinco veces y sólo echo unas gotitas de sangre cada vez. Decido entonces ir a una farmacia a que me den algo.
-"¿Qué quieres que te de? Lo que tienes que hacer es ir ahora mismo a un hospital, ¡pero ya!.
Vamos en metro al Gregorio Marañon y todavía bromeo con Casta que si la farmacéutica es una cabrona que me quiere asustar.
Llegamos al hospi a las cuatro y media de la tarde y me hacen análisis de sangre y de orina y cuando ya creo que me van a decir que hale, que para casa, me vienen con un porrón de suero, me toman una vía y me dicen que me tengo que quedar en observación toda la noche.
La movida es gorda: el coche en el garaje de junto al hotel, Casta fuera en la calle esperándome, Vicky y Bruno pensando que estaba a punto de llegar a Burgos...
Un enfermero especialista en deporte me explica lo que tengo: rabdomiolisis. A saber: cuando el cuerpo hace un esfuerzo muy grande, tira de las calorías que uno ha ingerido (yo desayuné únicamente unas pasas y nueces, que ahora me entero que tardan muchisimo en metabolizarse), si no hay esas calorías, tiran de las reservas de grasa del individuo (en mi caso salta a la vista que son mínimas), y si de ahí tampoco hay, pues ya tira de los músculos, provocando una "destrucción muscular". Los músculos en ese proceso liberan unas toxinas que acaban llegando, a través de la sangre, a los riñones. Si estos niveles de toxinas (CK) son muy elevados el riñón no da a basto y puede ser muy peligroso. ¡Pues en esas estaba yo!. Iba de sobrado y casi la lío. El caso es que me pase en el hospital veinte horas, chupando suero. El lunes a eso de la una del mediodía me dieron el alta con la única recomendación de beber mucho agua y comprobar los niveles de CK con una analítica dentro de unos siete o diez días. (Del maravilloso trato que recibí en le hospi, de la gente tan especial que conocí y de lo bien que se porto Casta, ya hablaré en otra entrada, porque da para eso y para más).
Es cierto que corrí con mucha cabeza, que podía haber bajado el tiempo y preferí disfrutar, que durante toda la carrera podía hablar (es el sistema que utilizo para saber que no voy muy forzado). Pero cometí un error enorme: no tenerle el suficiente respeto a la prueba. No haberme entrenado como Dios manda, y sobre todo no haber desayunado como debería. Y es que como decía el muchacho de la charla, aunque ya haya quién haga ultramaratones y corra más de 100 kms, una maratón es una maratón y 42 kms con 195 mts es mucha distancia para pedirle al cuerpo que lo corra así de buenas a primeras...
Aprendí la lección. ¡Menuda cura de humildad!.
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4 comentarios:
La proxima vez ¡¡Papa ven en tren!!! te va a decir tu hijo...
¡¡¡Menudo susto KOKY!!!... pero, lo que no me cabe en la cabeza es que con semejante sufrimiento físico, te sintieras tan estupendo al terminar... yo creo que esto no es una cura de humildad... creo que esto debe servirte para saber que aguantas como un toro y eso es malo... si no se ven las bombillas de emergencia... cuando se enciende la última, a lo mejor ya es tarde.
Cuídate mucho ¿eh?
Un beso
La experiencia me dice que el médico de la charla tenía toda la razón. Un maratón es una carrera más seria de lo que parece y algún amigo mío ha tenido serios problemas de salud por confiarse.
Yo siempre he pecado del extremos opuesto (salvo en mi maratón más imprudente, el primero, en el que corrí tras solo seis semanas de preparación y en el que acabé machacado).
En cualquier caso, eres un máquina haciendo esa marca con ese volumen de entrenamiento (yo hice 3:18 corriendo en los entrenamientos entre 70 y 80 km semanales). Y, afortunadamente, el cuerpo te dio un aviso que tomarás como lección para la siguiente.
Correr es una parte preciosa de nuestras vidas.
Quien no ha tenido la "rabdomiolisis"alguna vez.....
Lo primero.. enhorabuena por tu marca... tu reto .. y tu triunfo... y luego , por tener dos huevos, si me pasa a mi eso de la orina, lo que me tienen que ingresar es por el ataque de ansiedad que me hubiera dado esa mi hipocondriaca mente... me alegro que estés bien que tenga nombre y apellidos la infección, y recordarte que si hay que ir a cenar bien , pero que bien el dia antes de la maraton o la semana, cuentes conmigo.
un abrazote campeon!!
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