jueves, 24 de noviembre de 2011

¡ A TU SALUD !.

Pasé la mitad de mi vida fumando (desde los quince hasta los treinta), que si contamos con que uno no es muy consciente de sus actos más o menos hasta los ocho años, viene a ser más de la mitad. Fumaba dos cajetillas diarias y he de reconocer que al final fumar para mí era ya una obsesión más que un placer. No era un fumador social, no. Fumaba más en casa, o paseando solo que en reuniones o cenas. Lo mío ya te digo no era social, era vicio. Me encantaba el tabaco y me gustaba fumar. (No quiero ni pensarlo, pero creo que en el fondo el "fumeque" todavía figuraría en una hipotética lista de mis vicios favoritos).
El caso es que un día (hace ya diez años) lo dejé. Como todo en esta vida esto es un proceso: lo primero de todo es tomarse el tiempo necesario (quizás más de una tarde entera) para sentarse y pensar en el tema (¿quiero dejar de fumar?, ¿por qué?, ¿merecerá la pena?, ¿seré capaz?,...). Una vez que te paras a pensarlo has dado ya el paso fundamental: meterle intención y energía al tema, el resto parece que casi viene solo.
Lo siguiente es perder el miedo al fracaso ("lo he intentado mil veces ya y al final siempre caigo... total para qué"). Si vuelves a fumar después de haber estado un tiempo sin hacerlo, eso que has ganado. Le habrás ahorrado unos cuantos cigarrillos a tus pulmones. ¿Te parece poco?.
A continuación hay que ponerse una fecha para dejarlo. Cualquier fecha es buena, da igual que sea una u otra, que sea Navidad y haya muchas cenas o que sea durante las vacaciones de verano y haya muchos vermús por delante. Da igual la fecha de tu cumpleaños que un día elegido al azar, el caso es marcar uno y mantenerlo.
Vale, ya lo hemos pensado y hemos decidido dejarlo. Ha llegado el día. Ahora es cuestión de actitud mental. Para mí resulta fundamental el planteamiento diario, o incluso mejor, el momento a momento, que podríamos resumir así:
-"Este no lo fumo, el siguiente ya veré. Pero esté no." Y así momento a momento, pitillo negado a pitillo negado, pasa el día y es ahí cuando nos felicitamos por no haber fumado y decimos:
-"Hoy no he fumado, ¡fenómeno!. Mañana Dios dirá..."
Porque el mero hecho de suponer que nos enfrentamos a un reto para el resto de nuestra vida, podría desanimarnos, mientras que los retos a corto plazo parecen mas llevaderos. Algo así como comparar el pasar una noche en una isla desierta (que puede resultar divertido) con estarnos allí para siempre. Cualquier cosa para el resto de la vida, parece que nos suena a cadena perpetua.
Otra idea fundamental es darse cuenta de que para dejar de fumar no hay que hacer nada. Es decir, no es como ponerse a practicar un deporte, que hay comprarse una equipación, buscar un hueco en el día , hacer un esfuerzo físico...
Nuestro estado natural no es aspirar humo. Para dejar de fumar no hay que hacer nada, al revés, "hay que no hacer": no sacar la cajetilla, no llevarse el cigarro a los labios, no encenderlo...
Otra idea que utilice a mi favor fue pensar que cuando dormía no necesitaba fumar y no me desesperaba o que en los vuelos (los aviones y los hospitales eran de los pocos sitios donde estaba prohibido) también me aguantaba y aterrizaba todavía con latido. Había vida más allá del tabaco.
Y lo que definitivamente me hizo no volver a fumar, fue lo duró que me resulto dejarlo y el miedo que me dio el "mono" tan bestial que sufrí: dolores de brazos y piernas, perdida de concentración (parecía que en vez de estar dejando de fumar, estuviese "fumado" todo el día), irritabilidad exagerada, problemas a la hora de conciliar el sueño... "¿Qué coño le echaran a esto para que por privarme de ello, este así de jodido?, parezco un autentico yonqui..."
Si dejas de fumar el deporte puede ayudarte mucho, igual que (para evitar engordar) beber muchos zumos (cada vez que te apetece un pitillo lo cambias por un vaso de zumo de naranja) y lavarte los dientes nada más terminar de comer antes de la sobremesa, pero debes intentar no modificar en exceso tu vida, si resulta que junto con el tabaco te quitas por ejemplo del café, de las cervecitas con los amigos, de la partida... Te estas puteando a ti mismo innecesariamente, bastante tienes con lo que tienes como para hacértelo aún más difícil.
Hay libros como el de "Es fácil dejar de fumar si sabes como" que tienen mucho éxito en ayudar a dejarlo y también hay unos programas gratuitos de la Asociación Española Contra el Cancer que pueden servir de apoyo.
De verdad que más que por salud, es recomendable dejar de fumar por lo que conlleva de conquistar una parcelita más de libertad en nuestras hipotecadas vidas (y si te libras del movil ya de paso, ni te cuento). Es liberador poder salir de casa sin tener que cargar con el lote del fumador, que antes te podías olvidar la cabeza, pero nunca la cajetilla de Lucky y el mechero... Es reconfortante el romper con la esclavitud de la dependencia, con la angustia de que en tal o cual casa, o en el coche de mengano o en el de zutano no se pueda fumar; de que me quede sin cigarrillos en casa a mitad de noche y tenga que bajar medio sonámbulo a buscar un bar abierto donde comprar "la dosis".
Pero para llegar a eso hay que dar ese primer paso esencial: dedicarse en exclusiva a pensar sobre ello un buen rato.
¡Suerte!.

4 comentarios:

Raúl Urbina dijo...

Me parece que aportas una reflexión serena que puede ayudar a muchos a dejar el vicio. Yo he tenido la inmensa suerte de no tener que dejarlo, ya que nunca empecé. Todavía agradezco esa fortuna.

D.F. dijo...

Yo fumo como una locomotora...y nunca me he planteado dejar de fumar...lo tendre que hacer...

Anónimo dijo...

La frase más importante es.. este cigarro no lo fumo!! cuando viene el querer fumar otro piensa.. ¡¡y si lo dejo!! yo lo dejé así, un día sin pensar me di cuenta que llevaba una semana sin fumar y pensé en dejarlo. No recuerdo cuando fue, se que fue en Junio de hace un año y medio y sigo así.
Espero que dure!!

calmaleón dijo...

Una vez alguien me dijo que las dos mejores cosas que había hecho en su vida, eran dejar de fumar y casarse con su mujer!!!! le alabo el gusto, pero yo jamas me casaría con su mujer...
bromas aparte soy libre llevo como 5 años sin fumar.. y soy libre.Ni corro mas, ni vivo mas, ni salto mas , ni toso menos, ahora eso si tengo una ventaja social terrible los fumadores me dejan salir a la puerta de los bares aunque no fume.