martes, 29 de septiembre de 2009

ACEPTACION DEL YO

- Hola. No me reconoces, ¿verdad?.
- Buenas noches, pues no.La verdad: no. Está demasiado oscuro y tu postura tampoco ayuda
- ¿Mi postura...?
- Si al menos te mostrases entero... estirate, anda, ¡estirate!
- ¿Que me estire...? Anda, anda, no pidas peras al olmo. ..Estoy estirado, no doy más de mi, soy así.
- ¿Que es lo que quieres?
- Nada. Que me reconozcas: ¡Que te reconozcas!
- ¿Que, qué?
- Que te qué. Dejate de hacer el bobo, ¿estamos...?
- No me hago el bobo, ni me hago nada. Como mucho será que lo soy.
- Pues será eso: que lo eres.
- Si empiezas faltando...
- No, no es eso. Sólo quería que asumas tu naturaleza. Que te aceptes tal y como eres.
- Ah, y según tu , no me acepto,¿no? Que será por algún trauma de infancia, digo yo... ¡ No me jodas...!
- Sea por lo que sea, te entiendo. Tiene que ser duro aceptar tanta miseria y debilidad. Pero no te queda otra.
- Si me queda, si, enano contrahecho y cabrón. ¡Que te den por culo! Ahora mismo me despierto y vuelves a tu mundo subrealista de relojes derretidos.

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4 comentarios:

Teresa dijo...

Cuando despertó fue a lavarse la cara al espejo para refrescarse y se dio cuenta de que no veía su rostro.
¡coño!, él era el enano contrahecho y cabrón.

KOKYCID dijo...

Claro que el eneno era él, pero nunca se levantaba sin su mascara, por eso en el espejo vió lo de siempre, "su" yo.

Alberto dijo...

Ja,ja muy bueno Rodrigo

Atapuerques dijo...

Se levantó con la lengua seca, la mente aturdida, y casi pisa a una mujer desnuda que estaba tumbada en el suelo,tropezó con una pareja desnuda que dormía en el sofá, botellas de alcohol por el suelo y ropa interior femenina colgaba de cualquier sitio. Metió la cabeza debajo del grifo del lavabo, y el espejo reflejó su cara somnolienta y resacosa. De la comisura de su labio salía un hilillo. Comenzó a tirar de él, rogando:¡Dios mio...que sea... una bolsita de té...una bolsita de té...!
El nunca te abandona