En el duermevela la confusión se erigió en
timonel de su cerebro y le llevo a navegar por océanos hasta entonces
vírgenes. Comenzó a percibir un peso plomizo en sus extremidades, después poco a poco su puño derecho parecía ir aumentando de tamaño y de importancia respecto al conjunto corporal. Supo inmediatamente que eso se
debía a una
antigua culpa: algo muy dañino debía haber
escrito con esa manita hace mucho, mucho tiempo. No lograba recordar el que. Pero tenía que ser algo tremendamente negativo, para que se reflejase en una impresión tan concreta.
Más tarde notó como si su costado derecho empezase a
levitar y se sintió un
pelín revirado hacía la izquierda, a pesar de estar tumbado boca arriba sobre la superficie plana de la camilla.
Entre los continuos cambios de ritmo en su respiración, hubo también lugar para ensoñaciones más o menos
eróticas.
De golpe abrió los ojos, el mundo seguía girando imperturbable a pesar de los pesares.
1 comentario:
mayormente ocurre cuando todo el peso del cuerpo cae sobre uno de los brazos. es pueril, ¿verdad?
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