domingo, 10 de mayo de 2020

ESTOS DIAS INCIERTOS...

Primavera (¿primavera?) de 2.020. Días extraños de rostros embozados en mascarillas quirúrgicas y manos enguantadas en latex.
- "¡Mira mi cirujano!" Ah no, calla, si es el del quiosco. Es que con esa mascarilla...

- "¿Es usted el urólogo que me va a hacer el tacto rectal para lo de la próstata?". "Pero que coño dices si soy el de Amazon que vengo a entregarte un paquete (digo yo que lo dirás por los guantes estos, ¿no?)"
Rara melodía la que nos está tocando bailar últimamente. Uno no tiene claro si es charleston o lambada. Si la pieza durará apenas unos acordes más o será la danza de la eternidad.
¿Hasta que punto debo adaptar mis pasos al ritmo? ¿mi vestuario a esta pieza nunca antes bailada? ¿merece la pena hacer esfuerzos en aprenderme la teoría y practicar los giros o será tan solo flor de un día, una moda pasajera y tan breve que no compensará el esfuerzo que requiere cualquier aprendizaje?.
Dudas y ninguna certeza. Y de haberlas (las certezas) son todas del dominio personal, ninguna del dominio de lo público.
Aquí ni el Pichi sabe que coño pasa, porque pasa, o cuando va a pasar lo que ahora pasa. ¿Salir?, ¿no salir?, ¿salir con mascarilla?, ¿salir sin mascarilla?, ¿desinfectar antes los labios que vas a besar?, ¿desistir y no besar - y por supuesto de ninguna de las maneras follar-?...
Esperar pacientemente los consejos de las Autoridades -de cual de todas ellas- o ponerse el mundo por montera y vivir sin temores, salir, andar, mirar, tocar (y si te dejan follar)...
Pero ya no es tu salud, te dicen que si juegas a ser libre, puedes estar poniendo en riesgo la salud de los otros. ¿Los otros?, sí, los otros. Todos. los que no te importan un carajo y a los que más amas,
Ni una directriz clara ni un futuro predecible. Todo está por escribir. Letra a letra, despacio, como si fuese en un cuaderno de "Caligrafía Rubio". Y los que manejamos los lápices somos todos niños. Niños sin información ni criterio formado.
¿Qué todo es para bien...? Eso he defendido -y creído a pies juntillas) yo durante más de diez años. ¿Ahora?: ahora no tengo nada -pero nada de nada- claro.
¡Dios nos pille confesados!

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