Lo he leído en mil sitios, lo he escuchado ·cienes y cienes" de veces que diría Sabina, lo he razonado y aunque veo que hay una parte de verdad, no estoy del todo convencido de que seamos creadores de nuestra realidad. Lo de crear me parece un verbo de los que habría que escribir siempre en cursiva negrita. Crear, crear, lo que se dice crear...
Pero lo que sí que tengo cada vez más claro es que somos transformadores. La realidad, o la situación, o las circunstancias muchas veces nos vienen impuestas desde el exterior. Pero con un poco de consciencia y atención somos completamente capaces de transformar esa realidad, lo que tangencialmente por tanto implica crear o re-crear.
El acto de la transformación es increíblemente poderoso. No lo valoramos en su justa medida.
¡Ay, si fuésemos conscientes del poder que tenemos...! Imaginemos:
Nueve de la noche, frenas en seco porque otro conductor no ha respetado una señal de stop y te encuentras sin tu pretenderlo en medio de una fuerte discusión de tráfico. Una situación incomoda, llena de tensión y de violencia contenida. Es altamente probable que este hecho te arruine lo que queda de día, cuando de pronto te das cuenta de que tú eres el jefe, tú llevas las riendas, tu mandas. Y decides de golpe y porrazo dar un giro inesperado y transformar esa realidad que te ha tocado. Empiezas por mirar a los ojos al otro conductor y sonreirle. "No ha sido para tanto, al fin y al cabo hemos tenido suerte. Son sólo hierros, ambos estamos bien. Un despiste lo tiene cualquiera. De hecho este mismo stop me lo salté yo una vez hace unos años. No hay mucha visibilidad... Los seguros se encargarán..." Y poco a poco ves como la situación va cambiando. Al principio de manera casi imperceptible, para luego ir modificándose más aceleradamente y pasando de un extremo al otro. Donde en un origen primaba una enorme rabia latente y lucha de intereses hay ahora el principio de una posible amistad.
No. No se trata de claudicar, de poner la otra mejilla ni de nada parecido. Se trata únicamente de girar las tornas y volverlas lo más favorables posibles. El salir del coche hecho un energúmeno e insultando es lo "lógico", lo que se espera de nosotros. Es más un patrón de conducta preestablecido que una decisión propia, razonada, personal y decidida con intención.
Así pues esta claro que somos mucho más libres cuando actuamos por decisión meditada y consciente que por mero acto reflejo. Hemos decidido sonreir y nos hemos librado de adoptar una respuesta mecánica.
Lo mismo que esta situación, podemos transformar (en mayor o menor grado) cualquier otra.
Es esta la gran noticia (y también nuestra gran responsabilidad): tenemos el poder de transformar (que es casi tanto como decir que tenemos el poder de crear).
1 comentario:
Esta es una de las cosas que en Educación Emocional se trata de transmitir, para que poco a poco dejemos de reaccionar como robots...
Pero somos animales de costumbres ancestrales
Está dicho y explicado de manera clara y concisa: Me encanta y estoy completamente de acuerdo, otra cosa es que sea capaz de ponerlo en práctica :(
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