miércoles, 26 de mayo de 2010

EL ALICATADOR FRUSTADO.


Vende seguros. Se gana bien la vida. No se puede quejar. Pero en el fondo a él lo que le gusta es alicatar. Le traen loco los azulejos. Cada vez que saca un minuto tira de espátula y baldosín y no para. Alicata cada metro cuadrado que encuentra libre. Se considera bueno. Es autodidacta. Tanto fijarse cada vez que va de visita a una casa, cuando entra en un hospital, en los aseos de las gasolineras, en la cocina de algún amigo... Ha ido aprendiendo. Tiene un juego de muñeca muy particular. Se considera bueno. Si se atreviese a dar el paso, podría vivir de ello. Es lo suyo, vamos.
Por circunstancias de la vida, ha empezado a tomar café en un bar al que va mucho "peoneta". Escucha sus conversaciones. Se fija en sus ademanes. Mira de reojo sus furgonetas. Ha hecho amistad con un par de ellos, que incluso le dejan subir a la obra a verles trabajar en directo. Enorme sorpresa: ¡no hay color, esos si son máquinas!. Ellos si saben rellenar juntas, o por contra colocar como Dios manda los azulejos rectificados. Se decepciona. ¡No tiene ni idea!, ¡es sólo un aficionado!. Decide rendirse, abandonar su pasión. Nunca será como ellos.¿Para que seguir perdiendo el tiempo?. No sabía que había tanta gente dotada para colocar baldosa. Se centra en su rutina. Amplía su cartera de clientes. Se refugia entre sus pólizas. Pero un día el rumano que le envía el seguro a casa le devuelve la confianza: "Menudo manta esta hecho este chaval... yo lo haría mejor..." De golpe espabila. No tiene porque ser el mejor. Ni tan siquiera tiene porque ser bueno. Basta con que disfrute con los Porcelanosa y ese trastear le haga sentir bien. Sale a la calle. Va a una tienda de ropa de trabajo y se compra un flamante mono azul. Seguirá dándole a la plaqueta y al mazo de goma.
"¡Que coño, no hago daño a nadie!".


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7 comentarios:

Álvaro Tilo dijo...

Nuestras aficiones no suelen ser mas que una salida a las fustraciones que todos llevamos encima.

Bonito relato el que nos cuentas hoy y mejor todavía el canto a la autoestima tan necesaria.

Un cordial saludo.

MATT POR EL PLANETA dijo...

como dice amando...
a todo hay quien gana...
ya ves

María dijo...

¡¡Jo KOKI, me has dejado pasmada!!

Mira que conozco gente con aficiones extrañas, pero... ¡¡como la tuya, ninguna!! jajaja
Así, que te gusta colocar baldosas ¡¡vaya, vaya!!

Pues nada, desde luego en tu casa estarán encantadísimos contigo, cambiarás los baños, cada dos por tres...¡¡que los azulejos están un poquito sucios!! ¡¡no problem, los cambiamos!!;-)


¡¡Ale, cómo no, a disfrutar KOKI!! ;-)


Muchos besos.

Daniel F. dijo...

A mi me gusta hacer leña (no del árbol caido) y soy feliz con un hacha y una motosierra. Me gusta la jardinería y ver salir las hojas de los árboles...

Teresa dijo...

Buen relato.

No es tan fácil ser feliz. A veces uno sabe lo que quiere ser pero no encaja en ningún sitio.

Anónimo dijo...

Imagino Koky, que el prota no es agente de seguros, y su afición no son las baldosas. ¿Me equivoco?. ¿Puede que su pasión sea escribir...?

Pandora dijo...

Bonito relato ya te lo dije en su momento cuando lo lei ^.^

pero he de contestarte a tu ultimo comentario plasmado en mi blog.

Con esa entrada lo que queria dar a entender el resultado del magnifico concurso.


Eso si Koky no desistas en practicar, mejorar y seguir avanzando en este arte cada vez mas modernizado.
Sigue escribiendo y mejorando dia a dia que no es malo y no hace daño a nadie ^.^