jueves, 22 de abril de 2010

14 MINUTOS

Como mucho: catorce minutos de batería. A ver que dan de si. Antes de acceder al blog ya me lío y salto de sitio en sitio... Tardo en llegar. Habré perdido un minuto. Hoy nada de página de RAE minimizada para comprobar posibles coces al diccionario. Y seguramente ni imagen que acompañe a la entrada. Sólo unas pocas palabras sin sentido. Cuatro pensamientos huérfanos sin posibilidad de desarrollo. Son las 23,22 de un jueves víspera de fiesta, y aquí estoy, que no es poco. Menos mal que sólo quedaban catorce, porque hoy tampoco podría extenderme más.

Dentro de cincuenta y tres años (si recuerdo el nombre del sitio) podré entrar al blog y recordar mi estado de ánimo de este momento, estoy inmortalizando, pues, el instante . Aunque la verdad, no creo que me importe lo más mínimo el saber como me sentía el 22 de abril del 2.010, habiendo pasado los noventa.

Cuando tenía trece o catorce años me concentre todo lo que pude mirando mi pulgar, queriendo fijar la imagen exacta en mi cabeza para recordarla nítida por el resto de mi vida, y cuando fuese mayor poder comparar los dos dedos (el del presente y el del pasado), pero o no guardé muy fielmente la foto en mi memoría o no noto mucho cambio.
¡Dos minutos!...: ¡Publicar entrada!.

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4 comentarios:

Álvaro Tilo dijo...

Será muy fácil que cuando tengas 90 años, no recuerdes lo que hayas hecho cinco minutos antes, pero el pasado no se olvida y además los recuerdos forman parte esencial de nosotros mismos y afortunadamente los tendrás y te acordarás de que lo hoy has escrito, porque además, lo que se escribe o se dice sin importar que se olvide, nunca se consigue que desaparezca.

No podemos vivir sin ellos, sin los recuerdos y tú nos serás una excepción.

Un cordial saludo.

Judit Esteban dijo...

Dentro de catorce minutos la inmensidad del reloj nos hará caer en la perdición. Recuerda: catorce minutos pueden llegar a ser una vida eterna ; catorce minutos pueden abarcar cuatro estaciones. Catorce minutos te apartan litros de oxígeno de las manos. Vívelos bien: pueden irse para no regresar jamás.

Daniel F. dijo...

Con permiso, no se queje de disponer de 14 minutos, pues es el doble de siete y más del triple de cuatro...Es usted un privilegiado...

María dijo...

Como no sé por qué razón, te tenía abandonado, veo que estos día que reviso, andabas un poco por los suelos KOKI...

Sólo el hecho de que hayas dedicado 14 minutos a pensar ¿qué ocurre dentro de ti, ya hace esos 14 minutos especiales? ¿tú sabes la cantidad de mantas que hay por el mundo, a las que día tras día les da lo mismo 8 que 80? se levanta, comen, cenan se acuestas y ya...
Pues mira, estos 14 minutos han servido para que demuestres que TÚ, no eres de esos y...

Cuando tengas 90 minutos, recordarás que cuando tenías 30 y tantos dedicaste 14 minutos a pensar ¿qué pasará cuando tenga? 90...¡¡ni te imaginas lo que habrás vivido para entoces!! y sonreirás al ver que que en Abril del 2010, estbas un pelín nublado, pero el sol salió...¡¡siempre sale KOKI!!


más besos y sigo para arriba