lunes, 15 de febrero de 2010

LLAMADA DE SOCORRO

He levantado el auricular con la mano izquierda y gesto resuelto, pero el índice de mi derecha se ha quedado suspendido, dudando e interrogándome sobre los números en los que hacer diana. Como no he sabido darle una respuesta coherente, me he limitado a traerlo timidamente de vuelta al regazo del puño y a colgar el teléfono como si el tema no fuese conmigo. Ha sido un acto inconsciente, algo involuntario. He sentido una enorme necesidad de llamarle. ¿A quién?: eso me gustaría a mi saber. No tengo ni idea. Necesitaba imperiosamente hablarle (¿a él, a ella?) pero no consigo saber ni el destinatario de la llamada ni el contenido de la conversación que hubiésemos mantenido. Ha sido algo así como un espasmo de comunicación. ¿Que hubiese pasado si mi dedo en lugar de ignorar hubiese conocido el número que debería haber marcado en movimiento reflejo? ¿Habría marcado un 985?, ¿habría llamado a Oña?, ¿a algún amigo?, ¿al teléfono de la esperanza?, ¿a una linea caliente? ¡Que pena que en casos así no funcione lo de *92#...!

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3 comentarios:

Atapuerques dijo...

Pero Kokycid, eso es que tienes muchas cosas en la cabeza. No me jodas, que eres un niño y con toda certeza no tienes ningún primo alemán. Tómate un cafelito y te acordarás.
¡Coño, que manden un ramo de flores a mi amiga, que es su cumple!
Es que son rutinas que no hacemos todos los días.

Teresa dijo...

unos buenos parches donde le dije

KOKYCID dijo...

Queridisimos dos: no fue un despiste, ni una laguna. Fue una necesidad indeterminada y espontánea.No me olvide de lo que iba a hacer. Necesite llamar a alguién (pero no se ni a quién, ni para qué).