lunes, 1 de febrero de 2010

A FALTA DE PAN, BUENAS SON TORTAS.

Me cansé de esperar sentado y me levanté. Fui a la cocina y para prepararme un te, metí a calentar agua al microondas (cosa que según Bastian no se debe hacer nunca, ya que el agua es la mayor fuente de vida y el aparato en cuestión es un exterminador nato. Por lo visto el fuego calienta pero no aniquila...). Observé. Atento a cualquier idea que cruzase mi cabeza de lado a lado aunque fuese por equivocación. Como no ocurría nada, decidí salir un rato a correr por los pinares de detrás del nuevo hospital, me machaqué las piernas, me topé con un bambi (creo que me asusté más yo que él) pero tampoco nada que me inspirase. Creo que hacía mucho tiempo que no tenía la cabeza con tanto eco, puedo notar las pocas imágenes que es capaz de generar, rebotando de lado a lado. Me imagino ahora el sufrimiento y la presión que deben padecer los columnistas de "325 palabras todos los domingos sobre temas de actualidad, a ser posible que no toquen temas sexuales ni de la Casa Real". ¡Pobrecitos!. Llevo casi tres días volviéndome majareta para intentar escribir una nueva entrada que evite a algún visitante despistado del blog el tropezarse directamente con una burda copia de prospecto homeopático, y no soy capaz. Todo por la superstición que no me permite eliminar nada, por malo que sean después de publicado (antes de que se vea en la red, por supuesto que si. Faltaría más).
Por lo menos con este montón de letras ya puedo cambiar la foto, y eso le da otro aire. A falta de pan...

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2 comentarios:

Atapuerques dijo...

Pero Kokycid: Si nos hablas ni más ni menos que de la historia de la humanidad, que siempre anduvo paralela a la historia del pan y de los cereales.
La de hambre que habrá aliviado el pan¡¡
Imagínate a ese pobre bambi en salsa y sin pan.

Teresa dijo...

:D :D :D