jueves, 13 de diciembre de 2018

VACIO

Un trece, y otro, y otro y luego otro más... Diecinueve treces.  ¡Diecinueve!. Parece que fue ayer y sin embargo siento en mi piel que ya han pasado más de cien años. Piel centenaria e insensible, protegida por una gruesa capa de grasa de ballena que engrosa año a año. Muro de hormigón homologado que salvaguarda el corazón de la central nuclear de posibles ataques externos y a la vez protege al mundo exterior del latente peligro que se almacena tras él.
Dudo que algo haya sido verdad. Apenas recuerdo nada. La mente es caprichosa y juguetona. Sobre todo juguetona.
Diagnostico contrastado: severa necrosis cardiaca por congelación acompañada por episodios de amnesia prolongada.
Un inconmensurable y angustioso agujero negro. Eso es todo.

No hay comentarios: