jueves, 15 de julio de 2010

EL HOMBRE FELIZ SI QUE TIENE CAMISA

Conozco a un hombre feliz. Si se lo preguntan lo reconoce, no miente ¿para que iba a mentir?, pero me dice que no suele pensar en ello, porque la felicidad se escabulle en cuanto se siente descubierta. El hombre feliz me dice que él sabe que lo es, pero que no es necesario ser consciente de ello continuamente, basta con serlo sin más. El hombre feliz tiene camisa, pero no es de marca, me dice que le importa un pito Tommy Hilfiger, La Martinica y Dolce Gabbana juntos. El hombre feliz no tiene teléfono móvil, me dice que no le es imprescindible. El hombre feliz no tiene coche, me dice que para las pocas veces que lo necesita le resulta más cómodo y barato alquilarlo o pedírselo a alguno de sus hermanos. El hombre feliz no tiene créditos bancarios, me dice que nunca necesita nada tan caro que los justifique, salvo un pisito que compro muy bien hara unos diez años y por el que tiene una hipoteca pequeña de la que ni siquiera sabe el importe. El hombre feliz tiene trabajo, me dice que hoy en día eso ya es motivo más que suficiente para ser feliz. El hombre feliz no tiene ni puta idea de cuanto cobra, me dice que gana de sobra para sus pequeños caprichos, para tomarse sus vinitos, poder invitar de vez en cuando y llegar a fin de mes. El hombre feliz tiene buena salud, me dice que si se hubiera cuidado la tendría aún mejor. El hombre feliz tiene muy mala memoria y tal vez muy poca personalidad, me dice que quizás eso ayude mucho. El hombre feliz es muy dormilón, me dice que dormir es uno de los grandes placeres denostados hoy en día. El hombre feliz tiene una familia y cuatro amigos , me dice que son los pilares donde se apoya. El hombre feliz tiene un ángel al que dormir en brazos y un par de ojos que venera, me dice que uno y los otros son la luz de su vida. El hombre feliz da las gracias a Dios todos los días, me dice que hay que saber ser agradecido.

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7 comentarios:

Teresa dijo...

Pido a todos los hombres -que hoy por hoy son felices- que nunca se bajen del navío que dirigen, que no se dejen seducir por cantos de sirena que aplacaran fugazmente sus deseos y luego se disolverán sin dejar huella.

la felicidad es poca cosa pero no la sabe conservar todo el mundo.

Amén.

Teresa dijo...

Claro que el que es feliz no sabe que es feliz hasta que no desembarca y desde el puerto comprueba cómo se aleja la nave donde era el capitán, un grumete o el cocinero.

Cuadernavío dijo...

Me gustan las observaciones de Bipo. Creo que yo también conozco a un hombre feliz, aunque sea de las incrédulas que no cree en la felicidad.

Álvaro Tilo dijo...

¡Qué envidia me da tu hombre feliz, Koky!

Y lo que más me asusta, es que si lo pretendiera yo también podría ser como tu amigo feliz. Podría hacer sus mismas cosas; pero estoy condenado a ser un infeliz más, porque no sabría vivir ni hacer lo que hace él.

Buena reflexión la de hoy.

Un cordial saludo

Atapuerques dijo...

Que siga siendo feliz durante mucho tiempo y que nos pase la receta a quienes el genio no nos deja ser felices ni con una docena de camisas.Y la contraria que dice?

María dijo...

¡¡ ENHORABUENA HOMBRE FELIZ!! :-)

Por lo feliz que se te ve, se nota que ese hombre feliz se llama KOKI :-)


Muchos besos hombre feliz y más besos para esos cuatro ojitos, que te acompañan en tu felicidad:-)

Radu C. Ilie dijo...

Brillante. Me siento reflejado. Me gusta cómo veis el mundo.