viernes, 5 de febrero de 2010

SOBRE ALMAS TRISTES

Según un sesudísimo estudio existen, en función de la estación del año que mayor influencia ejerza sobre ellas, cuatro tipos fundamentales de almas: las almas cantarinas y optimistas son almas primaverales, las almas despreocupadas y receptivas las veraniegas, las melancólicas son las otoñales y las frías y distantes son las gélidas almas invernales.
Para las almas otoñales, la tristeza es más una forma de sentir la vida que un estado de ánimo indeseable y transitorio del que haya que intentar escapar. La tristeza, sobre todo la gratuita, la injustificada, la que aparentemente no tiene ninguna causa, representa para estas almas otoñales su óptimo estado. Es el germen de su creatividad, un refugio cálido y seguro como el vientre materno. La tristeza es para ellas ese camino que aún siendo desconocido tiene un cierto aire familiar, alfombrado de hojas parduscas que amortiguan y silencian la pisada, plagado de dudas y de miradas atrás lamentando lo que puedo haber sido y nunca será. Bastaría con que el adormilado caminante tararease una canción infantil ( "había una vez un avión que sólo quería volar..." ) para desviarse en cualquier cruce por uno de los senderos que se abren a derecha e izquierda prometiendo cielos despejados y prados luminosos, llenos de amapolas y alegres riachuelos. Pero el alma otoñal no deserta fácilmente de su sino y se regodea en él. No resulta fácil cambiar de hábitos y deshacerse con una sonrisa de la entrañable melancolía. Sarna con gusto no pica.

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5 comentarios:

Raúl Urbina dijo...

No te creas: en algunas ocasiones, la sarna es creativa pero pica. Tanto, que al final duele.

Atapuerques dijo...

Acabas de nombrar la soga en la casa del ahorcado.
Intuyo que los que abundamos por la red somos uno poco melancólicos y otoñales, y no nos disgusta del todo ni el otoño ni el invierno.Aunque vete a saber ahora con el Ipad,Ipod y compañeros mártires que podremos estar conectados mientras escuchamos en un parque el trinar de los gorriones.

Teresa dijo...

Duele y mucho

Teresa dijo...

¿No sería más fácil dejar de hacerse "pajas mentales" y vivir, simplemente como un alma cándida, en definitiva "veraniega"?

Un texto precioso.

Judit Esteban dijo...

Sólo me viene una frase a la cabeza al leer esto: Perdonen la tristeza...