lunes, 8 de junio de 2009

EURO ESCEPTICISMO

Por fin pasaron. Se acabo el continuo bombardeo de los espacios publicitarios electorales gratuitos en la radio. Ahora es el turno de que suframos las sesudas conclusiones de los tertulianos. Al margen de los resultados (estudiados con ahínco e interpretados de cien mil maneras diferentes, dependiendo desde el lado del puente desde el que se observen), lo que si me da que pensar, es el altísimo nivel de abstención. Vale que en Europa ya no cree ni Solchaga, vale que este año se llevan las rayas y ser "euro-esceptico", vale que no sabemos ni donde empieza ni donde termina el viejo continente, vale todo lo que tu quieras. Pero nos guste o no, en el Parlamente Europeo se dirimen a diario asuntos que afectan a nuestra más cotidiana vida doméstica: desde que pastilla podemos o no comprar en la farmacia, y por consiguiente tomarnos, cuando nos duele la cabeza, a que juguetes de los que traen los Reyes Magos desde lejanos paises son o no seguros para nuestros infantes, hasta los montantes a recibir por cada miembro de los famosísimos y peleadísimos fondos para el desarollo.
En nuestro "¿¿¿primer???" mundo, a base de disfrutar de las cosas desde siempre, y no haber tenido que luchar por ellas, acabamos sin darles ni el valor ni la importancia que tienen (lease la luz electrica, la nevera llena, el alcantarillado, el agua corriente, las autopistas...) Y eso mismo está empezando a ocurrirnos con la democracia y las votaciones.
Vale también que son todos unos chorizos, vale que el sistema tiene carencias, que las cosas cambian poco o nada y aveces a peor... Pero si nos abandonamos, si claudicamos y perdemos la pulsión de intentar mejorarlas (y una de las maneras prácticas y rápidas que tenemos es eligiendo a los que gestionan nuestros recursos) ¿que nos queda...?

.

1 comentario:

Teresa dijo...

Pues sí, tienes toda la razón, pero lo que personalmente me ofende es la pedrea que les cae encima con el carguito de marras. Sin sudarlo el maná cayó del cielo... y nada más recolectar el botín a dormir el sueño de los justos...