viernes, 6 de febrero de 2009

LA CONGA DE LOS BORRACHOS

Bailamos al son desacompasado que marcan los tiempos. La estampa resulta grotesca, casi tétrica: montones de sombras trastabillando, tropezándose y derribándose unas a otras al amparo de los claroscuros de la conciencia. Desconocedores del significado de la ética ni de la estética. Sin ningún sentido del ritmo, de la cadencia. No se ve ni una sola de las radiantes sonrisas de los bailarines de salsa, ni la apostura y el fijador del tango. Sería impensable encontrar uno de los fracs de Fred Astaire...Sólo vulgaridad y egocentrismo. Hipnotizados por el son, nos tambaleamos como zombis, creyendo bailar y seguimos mecánicamente el ritmo sin ser capaces de bajarnos en marcha de este espantoso carrusel.

1 comentario:

Teresa dijo...

deberías de escribir más a menudo